Llevo algún tiempo dándole vueltas a los motivos y al momento que me llevaron a pasar de ser un ciudadano trabajador, a secas, a un ciudadano trabajador y político; entendiendo por “político” a la persona que se afilia a un partido para ejerce la actividad política, aunque siempre he tenido claro que nadie es apolítico y menos quienes así se definen, con la salvedad de que pueda entenderse por ello a quienes no lo sean por afiliación.
He sido una persona implicada en colectivos de diferente índole, comprometida en la mejora de la calidad de vida de mi entorno, estando siempre en los centros de influencia para conseguir los objetivos marcados. Esta forma de trabajar para la colectividad es igualmente una labor política y así lo hacen muchísimas personas al frente de colectivos vecinales, culturales, deportivos y profesionales, las cuales invierten parte de su tiempo libre, de forma desinteresada, en la gestión de actividades para su comunidad.
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