jueves, 30 de junio de 2011

Un reforma inevitable y urgente: Sistema Electoral Canario

ANÁLISIS DEL MODELO CANARIO
Población, sistema electoral canario y representación política
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. - MIGUEL GUERRA GARCÍA DE CELIS
La esencia del poder representativo está carcomida y están absolutamente desnaturalizados los mecanismos de representación política.
El Sistema Electoral Canario es un ejemplo singular de un modelo de representación agotado, fruto de un acuerdo político, el denominado pacto de “Las Cañadas del Teide”Dicho pacto consagró una fórmula electoral antidemocrática plasmada en el Estatuto de Autonomía de 1.982, que sobrevivió a la modificación del mismo en la Ley Orgánica 4/1.996. La injusta representatividad y absoluta desproporcionalidad del peso territorial o circunscripción insular, frente al criterio de la población para determinar el número de escañosson actualmente objeto de una profunda controversia política y creciente malestar ciudadano.

martes, 7 de junio de 2011

Recordando a Agustín Millares Sall: "Te digo que no vale"

Te digo que no vale…
Te digo que no vale
meter el sueño azul bajo las sábanas,
pasar de largo, no saber nada,
hacer la vista gorda a lo que pasa,
guardar la sed de estrellas bajo llave.
Te digo que no vale
que el amor pierda el habla,
que la razón se calle,
que la alegría rompa sus palabras,
que la pasión confiese: aquí no hay sangre.
Te digo que no vale
que el gris siempre se salga con la suya,
que el negro se desmande
y diga "cruz y raya" al júbilo del aire.
Vuelvo a la carga y te digo: aquí no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir "no sabía", "estoy al margen",
"vivo en mi torre, sólo y no sé nada".
Te digo y te repito que no vale.

viernes, 3 de junio de 2011

"No hemos aprendido a vivir"

 Interesante conferencia del Profesor José Luis Sampedro que les invito a ver y oír en el vídeo adjunto.

  Creo que nos hace entender y recapacitar sobre la situación actual que nos toca vivir y los motivos que la han ocasionado. 

  Las consecuencias están ahí y ahora, después de escenificar nuestra "indignación", no queda otra que arrimar el hombro.