martes, 26 de marzo de 2013

Los escraches


     No hay visos de que las cosas cambien a corto plazo. Los contertulios de los medios de comunicación siguen “informando”, cada cual desde su “óptica”, del acontecer de los diversos “episodios nacionales” que avergüenzan a cualquiera que disponga de sentido común. Los casos de presuntas corruptelas amenizan, cada día y a todas horas, las noticias: Caso Bárcenas, Campeón, las supuestas cuentas suizas de los Pujol, la trama Gürtel, Nóos,  los falsos ERE’s andaluces y algunos más, por no cansar.

        Entre tanto  los efectos del “Tsunami neoliberal” sigue cobrándose estados de la Unión Europea, en esta ocasión los ahorradores chipriotas, con una mutación en la modalidad  del rescate, pagarán los estropicios de las clases dominantes; menos mal que en última instancia la cordura se hizo presente y el mínimo exento quedo en cien mil euros.

    Las declaraciones posteriores al acuerdo del Presidente de la Comisión Europea presagian incertidumbres: “Estuvimos muy cerca de una bancarrota”…, “Queremos aliviar las consecuencias sociales del shock económico”. ¡No sé!, a los  primeros momentos de euforia de los mercados  le siguió la caída de la bolsa y la subida de la prima de riesgo, ¿sabrán lo que están haciendo? 

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viernes, 8 de marzo de 2013

¿Solidaridad a falta de justicia social?



     Estos días conocíamos las cifras del paro al mes de Febrero, 5.040.222 personas inscritas en los registros oficiales con un crecimiento interanual del 6,9%, que según fuentes ministeriales son signos de ralentización, pero lo cierto es que en los doce últimos mese el incremento ha sido  328.124 las que han perdido   su empleo.       En Canarias alcanzamos las 294.876 personas en esa situación, con el 4,51% de crecimiento interanual, 12.576 en los doce últimos meses. En ambos caso cifras inaceptables e  insostenibles, para mí siguen siendo cifras que una sociedad moderna no puede permitirse.
                                                                                                               
        Las consecuencias de esta coyuntura están clara: incremento de la pobreza y del número de personas en riesgo de exclusión social.

          Según datos del 2011, publicados por  el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), uno de cada cinco españoles está por debajo del umbral de la pobreza, en Canarias alcanzamos  los peores ratios, uno de cada tres, el 33,8 % de la población.


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